CARBONELL PENICHET, PAULA
Había una vez un gallito que solo pensaba en comer.
Se pasaba el día buscando comida y tragando todo lo que encontraba.
Esta afirmación no es hiperbólica. Gallito Pelón engullía literalmente todo lo que se encontraba o entorpecía su camino. No obstante, una mañana vio un papelito y, cuando se lo iba a zampar, leyó lo que ponía: El rey le daría un saco de oro a quien se lo entregase.