AA.VV
Ha llegado el momento de que el Primer Ser Terrestre que Conoció a un Marciano cuente lo que pasó ese lejano agosto en el que el cielo se llenó de soles y el marciano Marc cayó en el balcón del narrador con su heladera estropeada.
Y es que un marciano sin heladera no es nadie. Esto ahora lo sabe cualquiera, pero por ese entonces los humanos tenían unas ideas muy extrañas y distorsionadas sobre los marcianos, en realidad no sabían nada y, desde luego, jamás habrían imaginado lo que estaba a punto de pasar.
Todo fue gracias al sistema de comunicación marciano, tan especial como para cambiar para siempre la vida en la Tierra.
Miguel Pang Ly ilustra el cuento de Catalina González Vilar con imágenes de una vitalidad incontenible y creando un prototipo de marciano maleable, dinámico e inolvidable.