PAVÓN CÓRDOBA, MARÍA DEL MAR
Después de desayunar, fregar su tacita de loza y cepillarse el único diente que le quedaba salió disparada hacia la pila que había en el patio de su casa.
Lulula decide hacer su colada diaria, a pesar del augurio de tormenta del que es advertida.
La protagonista de este cuento representa a esas mujeres de edad que no se rinden y están llenas de energía. Divertido relato acumulativo en el que a través del juego y la adivinanza se resuelve que lo importante no es oír, sino saber escuchar y sobre todo mirar.